De cómo la narrativa cambia a México
22-03-2017 - Jordi Iñesta | @inesta23
De cómo la narrativa cambia a México
Bitácora | Filosofía
Una de las tres ideas que sustenta la visión de Pixelatl, es que la narrativa es el mejor vehículo humano para conectar con otras personas, ámbitos y culturas, sin importar el tiempo y el contexto del que narra y el que escucha. (Puedes conocer nuestros principios en el artículo Lo que somos).
Épicas antiguas de Mesopotamia o Egipto que han llegado a nuestros días aún nos resultan significativas. Historias desarrolladas en una cultura tan ajena como las de China, Japón o Corea, llegan a tocar nuestro corazón y revolucionar nuestra mente. Incluso dramas precolombinos, una vez entendida la estructura narrativa cíclica y el contexto mitológico, ¡revelan intuiciones compartidas por muchos contemporáneos!
Pero no sólo es un asunto de tiempo o de contexto: incluso para superar traumas personales (y aceptar las cosas que nos avergüenzan de nosotros mismos), las terapias sicológicas utilizan de un modo u otro la narrativa, empezando por el mismísimo sicoanálisis, para tratar de entender (y aceptar) motivadores y condiciones… y estar en posibilidades de superarlos (¡en el tiempo!).
Desde hace más de un siglo (aunque hay quien dice que desde mucho antes) los filósofos ya venían diciendo de diversos modos que el yo es la historia del yo, y que somos lo que nos contamos.
OJO: No me estoy refiriendo a los ámbitos casi esotéricos de la neurolingüística, sino que me constriño a lo evidente: somos en el tiempo y por tanto somos transcurrir (al menos mientras estamos vivos). Y el transcurrir sólo puede comprenderse en narrativa.
Por eso cuando logramos contar bien una buena historia, no importa nuestro pasado o contexto, porque logramos tocar el interés (y a veces el corazón) de quien escucha en tiempo presente. Y por momentos desaparecen todas las fronteras.
De eso se trata nuestra industria. Utilizamos la narrativa como materia prima.
Por todo ello es que hoy, cuando en el mundo hay fuertes tendencias a la separación y la discriminación, y el bully nos etiqueta influyendo en la imagen que otros puedan tener de nosotros, el trabajo de quienes narramos es un elemento estratégico. No sólo para mostrar otras versiones de los muchos Méxicos que somos, sino para ayudar a salvar distancias (espaciales y temporales), y así comprender que como humanidad, más allá de los tantos miedos que nos tenemos, estamos unidos en lo más esencial.
Pues aquello de que “el medio es el mensaje” (McLuhan dixit) también aplica aquí.
Y por eso contar historias cambia la historia.