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La gran apuesta de Pixelatl

29-01-2019 - Staff Pixelatl

La gran apuesta de Pixelatl

| Bitácora | Filosofía |


Cuando iniciamos Pixelatl hace casi ocho años, agrupábamos los múltiples objetivos que nos habíamos impuesto en dos grandes metas que enunciábamos de modo simple en dos frases: profesionalizar los procesos creativos y ayudar a conectar los mercados.

Cualquiera que se acerca por primera vez a Pixelatl, en una primera vista, puede descubrir que todas nuestras iniciativas y estrategias para desarrollar la industria mexicana de la animación, el cómic y los videojuegos, podrían caber en alguno de esos dos principios -o en ambos.

Sin embargo, muy pronto nos dimos cuenta de que había un elemento clave adicional, sin el cual esas dos líneas de acción no bastarían.


Empezando por el principio

Ya hemos explicado que al inicio de Pixelatl hay una serie de investigaciones que realizamos para dar forma al proyecto (puedes ver un sencillo recuento aquí), de las que surgieron varias hipótesis sobre los factores que inhiben el desarrollo de la industria en México, y sobre factores que, al contrario, han favorecido a su crecimiento en otros países.

Respecto a aquello que inhibe el desarrollo de la industria, las hipótesis iniciales han evolucionado -y hemos agregado nuevas que descubrimos o a las que nos enfrentamos a lo largo del camino. Publicamos una serie de artículos donde enumeramos todos los factores que hemos detectado: falta de cultura meritocrática, Faroleo, chacalismo, mediocridad autocomplaciente, gandallismo… en fin, que la lista es larga. (puedes revisar la serie empezando por su primer artículo -publicado en 2017).

Aquí sólo cabe agregar que, ante un contexto como este, para quienes tratamos de desarrollarnos en esta industria hay un constante temor -fundado casi siempre en experiencias propias- frente a las posibles malas jugadas de los otros.

Pero vivir con desconfianza inhibe la creatividad -hasta casos radicales donde se pierde incluso el deseo de compartir. Y, sobre todo, también impide trabajar en equipo -en una industria que depende enteramente de la colaboración con otros.

¿Pero cómo te proteges frente a chacales y gandallas y otras faunas parecidas? ¿Cómo construyes espacios que no se desenvuelvan bajo esas lógicas tan perversas que le hacen tanto daño a nuestro país?


El camino de la colaboración

Desde muy pronto en Pixelatl entendimos que, para verdaderamente ayudar a detonar la industria creativa orientada al entretenimiento, además de aquellas dos líneas de trabajo enunciadas al inicio de este artículo (profesionalizar los procesos creativos y conectar los mercados), teníamos que trabajar en algo quizá más fundamental: construir condiciones que favorecieran la colaboración.

Ello implicaba que, al menos en una parte importante de quienes participamos en esta industria, había que promover una nueva cultura de colaboración que favoreciera otro tipo de valores, como el apoyo mutuo, la competencia sana, la ayuda desinteresada… la generosidad.

En dos palabras: construir comunidad. Y esa es nuestra tercera línea de trabajo -quizá la más importante de todas. Es la gran apuesta de Pixealtl, porque la descubrimos como un factor aún más relevante que los otros dos -y cuya incidencia trasciende los ámbitos de nuestra industria.

Es una meta más sutil y más difícil de cuantificar, pero la consideramos igual de fundamental. Y pensamos que hemos avanzado en ella.

¿Y por qué la descubrimos tan estratégica como nuestras otras dos líneas de acción? Porque la comunidad no sólo construye identidad y aporta pertenencia. La comunidad arropa: a quienes empiezan, a quienes de pronto no les va tan bien, a quienes son perjudicados injustamente. Y es un entorno de confianza que favorece la generosidad y la cooperación -indispensable en nuestra industria. Además, la comunidad se convierte en nuestra principal referencia, y al desterrar de ella las malas prácticas, las vamos eliminando de nuestros entornos.

Porque la comunidad, sobre todo, permite también enfrentar los retos en conjunto, y entonces las barreras a superar no se sienten tan altas.



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